sábado, 13 de septiembre de 2014

VINCULACIÓN


This is so you’ll know the sound
Of someone who loves you from the ground…

-¿Cómo es que no tuviste la confianza para contárnoslo antes?

Sabía que la tranquilidad de mi padre era sólo una máscara, reconocía el esfuerzo que le suponía fingir que la situación no era tan grave y además el volver a corroborar que su hija nuevamente les ocultaba cosas.

-Edward…

La suave voz de mi madre pronunció su nombre en un susurro intentando suavizar el ánimo de su marido.

-…. Renesmee habrá tenido sus razones para no hacerlo, además este no es el momento adecuado para pedir explicaciones, sino para solucionar el problema.

Mi padre alzó la vista y sus ojos chocaron con los míos. Le permití observar cada uno de mis pensamientos, estaba enojada, triste, preocupada y sobre todo aterrorizada. No podía creer que por una insensatez hubiera dejado que las cosas llegaran tan lejos.
Si bien yo no tenía idea de las consecuencias que traería mi acto había sido una completa idiota por no salir a cazar cuando el hambre se hizo presente.

Akun seguía muriendo lentamente. Les había contado a mis padres junto con Ro lo que habíamos descubierto, necesitaba desesperadamente encontrar una manera de salvarlo, me rehusaba a verlo morir porque sabía a ciencia cierta que el día que eso ocurriera una parte de mí se iría para siempre con él.

-Tu madre tiene razón no es el momento para juzgar tus acciones, tenemos prevista la reunión mañana mismo.

El conde había hecho llegar el comunicado a través de Eleazar y el tío Emmett una semana después de encontrarnos con él. Se le había pedido una semana de tiempo a Drácula para poder reunir a nuestros clanes amigos, la batalla que se había quedado sin finalizar contra los vampiros italianos regresaba de nuevo y no iba a sernos fácil reclutar a todos por segunda ocasión.

Los tres originales nos estarían esperando en la capilla que estaba al lado del lago Snagov donde se suponía que reposaban los restos de Drácula según la historia popular. Ahí concertaríamos las estrategias junto con todos aquellos vampiros que hubiésemos conseguido como aliados.

-Escucha Renesmee no podemos intentar salvarlo ahora- El tono de voz de mi padre cambió considerablemente hasta sonar un poco ¿compasivo?

-Sé que no es mi compasión lo que necesitas sino una cura para tu novio, pero nosotros tenemos que librar una batalla aún mayor que esta ¿puedes acaso entender la magnitud de lo que nos estamos jugando en esta ocasión?

-Por supuesto que la entiendo, lo que no llego a comprender es cómo puedes ser tan cruel- las palabras salieron de mi boca sin poderlas evitar y al instante de haberlas pronunciado supe que habían herido a mi padre.

Edward se acercó despacio hacía mí e instintivamente retrocedí y levanté las manos, no quería que me tocara.

Claro que comprendía que la vida de muchas personas estaba en riesgo, pero ellos no sabían el dolor que me producía ver a Akun postrado en una cama por mí culpa, ellos nunca entenderían la desesperación que sentía al saber que era realidad que él estaba muriendo que lo haría en cualquier momento y encima se me intentaba persuadir porque me fuera y lo abandonara a su suerte.

-No cariño, no quiero que pienses eso- mi padre recitó una vez que hubo leído mis pensamientos.

-¿Qué se supone que debo pensar papá? Sé que no puedo hacer nada por salvarle la vida, la vida que yo misma condené, pero tampoco puedo abandonarle aquí.

La voz me comenzó a temblar en este punto y cuando respondí todas las lágrimas que no había vertido desde que supe que Akun estaba muriendo salieron como un caudal de mis ojos.

-¿Qué va a pasar si cuando regresemos él está…? – Mi voz se perdió en el aire, me rehusaba a pronunciar la palabra “muerto”. Me negaba a aceptarlo.

Los ojos de los dos vampiros que tenía enfrente estaban tan aterrorizados como yo. Todos sabíamos que aquella quizá era la posibilidad más acertada, si es que regresábamos con vida del encuentro con los Vulturis.

-Hija…- mi madre había comenzado a hablar cuando de pronto todos sentimos la presencia desconcertante de un lobo.

Ni siquiera tuvimos que esperar que tocara la puerta, simplemente entró como si fuera su casa, porque supongo que siempre lo había sido, él era parte de mi familia, lo seguiría siendo siempre. Agitado, sucio, con el cabello revuelto y los ojos saliéndose de las órbitas Jacob era todo un manojo de sentimientos cuando su mirada se encontró con la mía.

-Ro me dijo que les has contado- apuntó.

El ave estaba sobrevolando afuera y seguramente había tenido un encuentro con él cuando se aproximaba a la casa. El día anterior había recurrido a la ayuda de Jacob y pese a todo lo ocurrido seguía confiando en él. Cuando Ro y yo armamos el rompecabezas la noche anterior no había tenido más alternativa que contarles la verdad a mis padres cuando éstos regresaron a la casa.

Le asentí a su afirmación y estaba a punto de abrir la boca cuando agregó…

-…también me ha contado sobre…. Sobre…-titubeó y no siguió. Todos los presentes sabíamos a qué se refería.

Todo aquello parecía sacado de una novela dramática, pero era mi realidad. Estaba ahí parada en medio de la oscuridad como un planeta aislado rodeado de un montón de satélites sin obtener ayuda de ninguno de ellos.

-Justamente hablábamos con ella de lo complicado que resulta este… inconveniente justo ahora- Mi padre evitó que la tensión instaurada entre mi ex prometido y yo continuara.

>Creemos que la prioridad de la familia es concentrarnos en la reunión de mañana. Y no es porque no nos interese Akun cariño, es sólo que la batalla implica un mayor número de vidas que deben salvarse, entre ellas la tuya hija.

Mi madre se acercó hasta mí y me tomó la cara entre sus manos antes de hablar.

-Sé que ya no eres una niña pequeña, y que mi apariencia no le hace justicia a la de una madre que se supone debe envejecer, llenarse de arrugar y canas, pero siempre, escucha bien Renesmee, siempre serás lo más importante para mí.

>Si existe una vida que quiera proteger aunque la mía se vaya en ello, esa es la tuya.

>Entiendo el lazo que… te une con Akun, entiendo el conflicto que guarda tu corazón, y en esta ocasión debes entender tú que no podemos hacer nada por él, todo lo que Carlisle sabe de medicina se ha hecho y nada ha dado resultado. Creo que es hora de que lo dejes ir cariño.

Mi madre estaba diciéndome claramente que debía subir las escaleras y despedirme de Akun, sabía que en cuanto les hube contado a mis padres lo ocurrido con mi novio, ellos habían llamado a mi abuelo y ni siquiera él con todos sus conocimientos había logrado ayudarnos. Ayudarme.

-Renesmee- mi madre había comenzado a hablar de nuevo cuando Jacob la interrumpió.

-Es precisamente de lo que vine a hablarles Bella- dijo y su mirada se clavó en la mía.

Sentía la pena y la rabia de Jacob extendiéndose por mi piel como si se trataran de mis propias emociones.

Nadie sabía a qué se refería, sólo mi padre comenzó a abrir mucho los ojos “maldito lector de mentes”

-Explícate- le ordenó mi madre

-Has dicho que Carlisle no ha podido darles ningún método efectivo para salvarle la vida- dijo sin mencionar el nombre de Akun.

>Pero ayer después de que te quedaste aquí…- añadió refiriéndose a mí nuevamente.

>No pude dormir pensando en una posibilidad, nadie en mi tribu tiene conocimiento sobre otro tipo de leyendas que no sean la… impronta, y como los miembros de su tribu están casi extintos no podemos recurrir a nadie de ellos.

-Por favor Jake ve al grano- le imploré.

Era consciente del dolor que le implicaba revelarme cualquiera que fuera su “plan” para salvarle la vida a Akun, porque aquello representaba que estaba al fin “liberándome” para siempre de cualquier lazo, real o mágico que aún existiera entre nosotros.

-Jacob cree que puedes convertir a Akun para salvarle la vida- fue mi padre quien expresó lo que Jacob no podía.

Mi madre y yo no podíamos dar crédito a lo que oíamos. Era la idea más descabellada pero…
-Es imposible- Bella habló- La transformación será larga y dolorosa e incluso puede que Akun no sobreviva y además en caso de resultar exitosa Renesmee tendría que ser...

-Un vampiro completo- añadí.

Claro, para poder estar con Akun yo tendría que convertirlo y convertirme a mí misma para poder formar parte del mismo mundo, de otra manera seguiríamos estando separados y su leyenda y el poder de la magia que su tribu encerraba no se darían por vencidas hasta cobrarnos la factura con la vida de uno o de otro.

-No puedes hacerlo- la voz de mi padre rompió el hilo de mis pensamientos.

-No puedes prohibírmelo- dije resulta.

-En realidad, tu padre no es quien te lo prohibirá esta vez, sino yo- La voz que pronunció la orden apareció en la puerta cargada con una ira y un dolor insoportablemente latentes para cada uno de nosotros.

Vi reaccionar el cuerpo de Jacob, siempre, en cada momento se mantenía protegiéndome.

-¿Cómo puedes decirme eso?- Le pregunté al recién llegado.

-Él nunca hubiera querido convertirse en un vampiro, sólo quería conocerte, saber que existías, que eras real. Y ahora… estoy seguro que Akun preferiría morir en esta cama, sabiendo que lo amas por lo que es, que convertirse en un ser que desprecia.

Ro habló resueltamente de su líder, sus afirmaciones me estaban helando la sangre, sabía que Akun odiaba a los Vulturi, pero no creía que su odio se extendiera hacia todos los vampiros. Al parecer notó mi confusión.

-No me malentiendas Renesmee, sé que estás dispuesta a convertirte en un vampiro completo y salvar la vida de Akun al transformarlo, pero no sería lo idóneo el jamás se perdonaría que por su causa te vieras orillada a tomar esa decisión, aun cuando la quisieras.

Me sentía un mar de emociones, me sentía una lancha en medio de un mar embravecido a punto de voltearme, cualquier decisión que tomara podía llevarme a la orilla de una u otra situación y me dolía ser tan cobarde para tomar alguna.

-Aguarden- la voz de Jacob volvió a irrumpir en el aire.

>Nunca pensé que me vería en la ridícula situación de tener que decirle a mi impronta que hiciera justo lo que voy a proponerle, sin embargo…-me miró y supe cuánto le costaba pronunciar la idea.

>Hay una forma para alargarle los días, por lo menos un poco hasta que puedan decidir si debe… convertirse, si deben convertirse- Aquella frase fue formulada con más dolor que asco, y miró a mi padre antes de conectarse de nuevo conmigo.

>Edward y Bella no me dejarán mentir- dijo despacio y se acercó hasta tomarme por los hombros- Cuando dos personas se aman…- noté el temblor de su voz.

Él y yo en ese punto deberíamos estar hablando de algo más, de nuestra casa, de nuestros hijos, no de cómo salvarle la vida a mi novio, lo sabía, era lo que Jacob pensaba, sin embargo los Vulturi se habían encargado de que nuestra historia se tergiversara de tal modo que ahora sólo podíamos aspirar a demostrar nuestro amor por el otro en actos como el que Jake estaba haciendo por mi felicidad con alguien que no era él.

-Pueden compartir sangre, su vínculo será mucho más fuerte y en cierta manera podrás mantenerlo con vida, deberás estar cien por ciento fuerte Nessie sólo de esta forma él podrá alargar un poco los días.

Dicho esto retiró las manos de mis hombros y ahí donde había sentido su calor, ahora sólo tenía un frío que me congelaba los huesos. Jacob dio la vuelta y se retiró hasta la puerta. Una vez ahí volvió a mirarme para agregar:

-Es la única solución que puedo ofrecerte- y  salió de la casa.

Yo no tenía nada en qué pensar, si dándole mi sangre a Akun podía prolongar un poco su vida por lo menos hasta convencerlo de la transformación, lo haría.

Los ojos de mis padres y los del ave que se hallaba en la estancia me miraron, ellos también sabían qué decisión había tomado.

Mi madre me tomó de la mano y me susurró: “Ve”

Corrí escaleras arriba y sin pensarlo mordí mi muñeca tan fuerte que me brotaron dos lágrimas, al instante la sangre comenzó a fluir por la herida.

Akun dormía y se revolvía inquieto en la cama, tomé su cabeza y lo acerqué a mi brazo, sus labios tocaron el líquido y aunque él no despertó lo insté a que bebiera más.

-Creo que ha sido suficiente- Sabía que mi padre estaba ahí desde antes que hablara, no me tomaba por sorpresa.

>Sé que el intercambio de sangre debe ser un acto privado, pero dado que ésta es una situación especial y tú no eres experta en el tema decidí venir.

-Te lo agradezco- Le dije y limpié mi muñeca.- ¿Sabes…?

-No tengo idea si realmente funcionará hija, pero lo que Jacob te dijo es muy cierto, debes estar no sólo al cien por ciento, sino al doscientos por ciento. –Respondió a mi pregunta no formulada

>Después de un intercambio, el vínculo es mayor y dado que ahora tú debes responder por los dos, es necesario que te alimentes.

>Jake sigue afuera- me dijo- no esperaba que te propusiera esto. Vaya, nunca deja de sorprenderme, le he pedido antes de subir que te acompañe a cazar para mantenerte fuerte y no puedes desobedecer.

Yo no sabía si debía ver a Jacob, no cuando había dado el paso para aceptar que cualquier “nosotros” que pudiese seguir existiendo se había esfumado para siempre. Pero sabía que debía agradecerle.

Ese día había descubierto que la imprimación era real. No se trataba de querer a alguien para ti exclusivamente. Era amar a la otra persona a tal grado de saber que si su felicidad estaba al lado de alguien más, eras capaz de ayudarle para poder lograrlo. Jacob estaba imprimado de mí.

-Anda, cuidaré de él, en cuanto reaccione te avisaré no vayan muy lejos.

Abracé a Edward Cullen como cuando tenía 3 años y me asustaba el ruido de los truenos.

-Gracias papá- fue lo único que le dije pegada a su cuello.

-Te amo Renesmee- respondió.

Cuando bajé Ro me miró con cierto orgullo en la mirada.

-Aliméntate, estoy seguro que no tardará en ponerse bien- iba subiendo un peldaño cuando agregó- Dile al lobo que le agradezco infinitamente.

Me seguía pareciendo increíble que aquello estuviera ocurriendo, y al pestañear quería que todo siguiera como hacía dos años y medio, estar segura con mi familia entera, mi tía Rose y Emmett planeando la música de la fiesta, tía Alice haciendo rabietas por no dejarla organizar la ceremonia religiosa y Jake…

Tomé el pomo de la puerta. Había tomado una decisión, al compartir sangre con Akun no sólo estaba extendiendo su vida, sino fortaleciendo el vínculo entre nosotros. Representaba la persona que más amaba en el mundo. Aunque no pudiera decir que mi corazón sólo amara a una sola persona.

Mi mamá estaba con Jacob en el porche. Un atisbo de celos inundó mi corazón que ya latía fuerte debajo de mi piel. Después de todo ellos seguían siendo buenos amigos y mi madre siempre guardaría un espacio en su corazón para Jacob Black.

Cuando me vio sonrió y se levantó cediéndome el sitio, negué con la cabeza y dije:

-Debemos ir de caza.

-Tienes que mantenerte fuerte cariño- me dijo y acto seguido abrazó a Jacob que ya se había puesto de pie e hizo lo mismo conmigo cuando pasó por mi lado.

-Te amo ¿lo sabes, verdad?- preguntó.

-Siempre lo sé- le sonreí y ella desapareció de nuestra vista.

**
Para mi sorpresa Jake no había entrado en fase cuando nos dedicamos a correr tan rápido como pudimos hasta internarnos en un espacio del bosque donde solíamos ir de caza cuando yo era pequeña. Nadie dijo una palabra en todo el camino.

Cuando desaceleramos se detuvo unos metros detrás de mí.

-Entraré en fase para ayudarte a cazar, creo que tendrás con tres osos- dijo desapareciendo detrás de un árbol.

Sabía que para convertirse tendría que desvestirse y aunque yo conocía cada rincón del cuerpo de Jacob ya no tenía el privilegio de verlo, ya no era mío.

Sabía que tres osos era el doble de mi alimentación, estaba consciente de que debía estar doblemente alimentada porque Akun dependía de mí.

Nos dedicamos a cazar con movimientos sincronizados durante dos horas. Una vez que no me cabía una gota más de sangre en el cuerpo Jake entendió que era suficiente.

Pese a que estaba ocupada asesinando animales para mi sustento no podía alejar de mis pensamientos la idea de que Akun podría  despertar en cualquier momento. Necesitaba volver, quería estar presente cuando él abriera los ojos. Jacob volvió a ir detrás del árbol para vestirse.

Corrimos de vuelta la casa, el viaje fue aún más corto que nuestra ida. Mi corazón tampoco quería renunciar a Jacob Black de nuevo, había tomado una decisión pero no me sentía con la capacidad de cortar la relación y la magia que existía entre nosotros.

-Supongo que es todo, nos vemos mañana- me dijo a modo de despedida.

-Jake espera-. Una vez más mi subconsciente traicionando mis emociones y orillándome a actuar.

Él suspiró y sus hombros se relajaron, me miró y sentí aquella conexión que se negaba a desaparecer.

-Jacob, no sé de qué manera decirte lo agradecida que estoy por lo que…- no llegué a completar la frase cuando él me interrumpió.

-No tienes que hacerlo- dijo en un tono triste y con regustos amargos.

La tensión era tal que se podía palpar y no estoy segura cuánto tiempo pasó antes de que volviera a hablar.

Se acercó despacio hacia mí y me tomó las manos, un acto que no veía venir, pero por supuesto hacía mucho que no podía predecir la actitud de Jacob.

-Nessie…- me dijo y su voz se apagó lentamente- estoy plenamente consciente de lo que implica un intercambio de sangre…

Estuve a punto de protestar cuando colocó su dedo índice en mis labios pidiendo silencio.

-También sé que te dije que no tendrías que preocuparte por mí y mis sentimientos- su aliento me golpeaba con tanta fuerza que me comenzaba a estremecer por la necesidad de sentirlo más cerca aún.

“No Renesmee” Me advertía mi consciencia. Aquello era un error, no me podía permitir el latido desbocado de mi corazón cuando Akun no estaba totalmente a salvo.

-Sé que ha sido mi idea que compartieras tu sangre con él …

La voz de Jacob se cortaba aunque él no quisiera que lo notara y yo era la responsable de su sufrimiento.

-Por eso no puedo irme sin decirte que aunque sé que esta vez te he perdido para siempre… Nessie, yo nunca, nunca dejaré de amarte.

Su rostro comenzó a acercarse y los latidos de nuestros corazones bombearon como uno solo, mis manos subieron por su pecho hasta enroscarse en su cuello, sus manos se amoldaron a mi cintura y por un momento el tiempo ya no era el mismo, sólo existíamos nosotros en un mundo que nos pertenecía. Cuando mis labios comenzaban a abrirse para aceptar los suyos la voz de mi madre me sorprendió.

-Despertó- dijo.

Sólo fue necesario pronunciar esa palabra para saber que todo había cambiado para siempre.


La última mirada que Jake me dirigió gritaba un certero ADIÓS.

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Después de mucho tiempo la historia continúa porque debe terminar. Lo prometido es deuda.