lunes, 14 de enero de 2013

REALIDAD


Di media vuelta y contuve el impulso de juguetear con las lleves como solía hacer cada vez que él me llevaba a casa. Sabía que estaba hecha una piltrafa y no ayudaba el hecho de que fuera precisamente él quien me acompañara aquella tarde.

-Gracias… por todo- le dije y evité mirarlo a los ojos.

Tragué saliva y me obligué a tranquilizar los enérgicos latidos de mi corazón. En momentos como aquel, me preocupaba el oído sobre natural que los miembros de mi familia poseían, las cosas podrían malinterpretarse, o interpretarse como sabía que no me convenía.

Una de sus grandes manos morenas me tomó el hombro derecho y la otra me levantó firmemente la cabeza para poder encontrarme con sus oscuros ojos. 1-0 favor Jacob.

Meneó la cabeza en una negativa y suspiró audiblemente, luego dirigió la vista a la parte superior de la casa.

-¿Están tus padres?- preguntó sin ningún entusiasmo.

-No, esa fue la razón por la que me atreví a ir a verte.

-Haré todo lo posible, tienes mi palabra.

Asentí sin fuerza, y supe que él estaba a punto de decirme algo, cualquier cosa que me hiciera quedarme un segundo más, justo en ese momento la puerta principal se abrió de golpe.

Jacob retrocedió y dio media vuelta. Sabía que lo volvería a ver, y sin embargo no podía quitarme un estúpido presentimiento horrible cuando pensaba en que él se alejaba, quizá era el recuerdo de la última vez, Jake había terminado en un País extranjero, sin recuerdos, con otra vida, sin mí.

Me encontré con los ojos oscuros de Ro y una expresión confusa su rostro que no supe descifrar. Abrió la boca para decirme.

-Te oí llegar, ha estado toda la mañana preguntando por ti.

Entré en la casa con pasos lentos, era como si de pronto todo el mundo se hubiera comenzado a detener así, despacio. Sabía que él me necesitaba, tanto como yo lo hacía, sin embargo ir en busca de Jacob había sido la única opción que tenía, mis padres no podían enterarse aún del error que había cometido al alimentarme de él, ellos me habían preguntado incontables veces si me urgía ir de caza, y les había respondido que no era necesario. Ahora tenía que afrontar las consecuencias de no dejar ir mi lado vampírico.

-¿Te ha ayudado en algo? – me preguntó Ro mientras subíamos las escaleras

Sabía que se refería a la supuesta utilidad de Jacob en todo esto, y sin embargo me dolía la esperanza que había en la voz del ave.

Me detuve y me apoyé contra la pared cerrando los ojos un momento.

Toda la vida siempre había pensado primero en mí, me habían criado como si fuese lo más importante en el universo. Nunca pensé en Charlie cuando mi familia y yo teníamos que irnos y dejarlo largas temporadas solo, nunca me detuve a pensar en Billy cuando Jake desapareció, tampoco pensaba en el dolor de Seth o de Leah, de Embry, Quil, Paul, Jared y Sam.  Jamás me imaginé por lo que tío Emmett había sufrido a la muerte de tía Rose, mi lado egoísta solo pensaba en que había perdido a mi segunda madre.

Ahora era el momento de rectificar y dejar de pensar sólo en el dolor que estaba atravesando con la enfermedad de Akun, debía pensar también en Ro y en la bandada de kanoë, porque mi novio era su líder, era su fuerza y aunque para mí representara esa salvación que me había sido otorgada por gracia, para ellos quizá representaba un vínculo mucho más fuerte de lo que yo imaginaba.

-Dijo que buscaría entre las mismas reservas leyendas y curas, el tampoco tenía idea- fue lo único que pude responderle antes de tocar su brazo.

Ro asintió con la cabeza.

-Vamos arriba, seguro que le alegrará verte- dijo y me instó a caminar delante de él.

Escuchaba su lenta respiración desde el piso de abajo, cada día se debilitaba más. Mis padres habían marchado de casa unas horas después de la reunión con Drácula hacia Denali, aprovechando aquel momento para poder alimentarse, y desde ese día la salud de Akun había menguado, su respiración ya no era lo suficientemente fuerte para alertar de su presencia. Aquello no iba nada bien.

Me acerqué despacio hasta la cama y de pronto una imagen invadió mis recuerdos.

Un Akun sano y lleno de energía, un Akun arrogante, un Akun llevándome despacio entre volutas de humo y tacos de billar, sonriendo socarronamente, diciendo: -Lo olvidaba, este no es lugar para una princesa.

Sonreí involuntariamente y me senté despacio en la silla que tenía a un lado. ¿Cuándo había perdido de vista que representaba aquel hombre en mi vida? Akun había sido todo lo que yo necesitaba, mi puerta a una historia diferente, mi fe, mi esperanza, mi alegría, mis rabietas. Yo le amaba, sí, si lo amaba. Y a pesar de todo eso no sabía porque no me sentía completa.

Pasé las manos por sus cabellos oscuros y al instante abrió los ojos y me sonrió.

-Ro- dijo suavemente- dime que no estoy soñando otra vez.

El ave se acercó a mí y le sonrió a su líder.

-No amigo, Renesmee acaba de regresar.

-Lo sabía- respondió mientras yo sonreía- tú no tienes las manos tan suaves.

Y se rió despacio, a Ro y a mí nos dolía más no poder verlo caminando sin apuros, haciendo bromas que no le representaran un dolor físico, pero así era, mi Akun estaba muriendo.

-Iré a humectarlas un poco- le respondió sonriendo. Y salió de la habitación.

Akun respiraba profundamente y miraba el techo, me tendió la mano derecha y yo me aferré a ella como a un salvavidas en alta mar.

-¿Puedes leer en aquella libreta?- me preguntó

De inmediato fui a tomarla y me senté de nuevo con ella en mi regazo.

-Lee las últimas dos páginas Renesmee- me pidió

Abrí el cuaderno, Akun tenía una caligrafía preciosa a tal grado que parecía la fuente tipográfica de una computadora, él cerró los ojos y esperó.

Comencé a leer como hacía tanto no hacía y mi corazón fue tomando fuerza en aquellas palabras, que parecían ser una historia corta pero cimentada.


“Luego de hallar la fortaleza donde la princesa se encontraba cautiva, el caballero decidió llevarla a su castillo, donde ya no existiría el temor, ni la duda, ni el dolor...
Al despertar, la princesa se halló en un sitio extraño pero confortable. El caballero, al mirarla sorprendida tomó su mano, fue entonces que ella comprendió que nunca más regresaría a la fortaleza oscura de donde aquel "fulano" la había rescatado
La princesa, sintiose nerviosa, y al mirar que el caballero la miraba sonriente, le preguntó: ¿Por qué me has traído hasta aquí?,  ¿Qué pretendes?...Respóndeme, ¿Quién eres?
El caballero silenció sus labios con el dedo índice y respondió: Has venido hasta aquí porque yo te traje jaja (respondió burlonamente), ¿Qué pretendo?: hacerte feliz... ¿Quién soy?: Según yo tu príncipe, según tú, tu secuestrador.
La princesa, aturdida por aquello que le parecía no menos que una estupidez contestó: ¿Crees que puedes venir invadir mi mundo?, tú has visto el lugar del cual provengo, no se parece en nada a lo que tenéis aquí. Mi fortaleza es fría, oscura y mis tulipanes, ¡Oh mis bellos tulipanes!...son siempre arrasados por el orco que habita en las cercanías. Pero no me importa, estoy acostumbrada a él, al frío y a la oscuridad.
El gallardo caballero la miró pensativo, esperaba que las palabras adecuadas brotaran de su boca. Luego de unos minutos, le respondió: Mi nombre es "caballero"; no basta saber más. Te ofrezco este mi humilde castillo y cada parte que a él pertenezcan, incluyendo mi corazón. La princesa asintió con la cabeza y únicamente le contestó: Yo cuidaré de él las veces en que salgas de cruzada, las velas han de alumbrarlo cada noche, así tu corazón no padecerá de frío; llegado el momento, podré ofrecerte el mío...



Cerré el cuaderno forrado de piel y no pude evitar pensar en que pese a la situación que estábamos viviendo, Akun me seguía demostrando su amor.

-Es hermosa- le dije- ¿La has escrito tú?

El asintió y abrió los ojos lentamente.

-Pensaba ir contándotela poco a poco cada noche, pero en vista de que...

Lo silencié apoyando el dedo índice en sus labios, él no podía estar pensado si quiera en la posibilidad de morir. Entonces comprendí que aquel era el final de la historia, la princesa era rescatada pero el príncipe le ofrecía todo cuanto poseía aún a costa de su propia vida.

-Encontraremos la solución, y todo volverá a ser como antes, cuando vivíamos juntos- le dije y mi voz se rompió.

Me obligué a no llorar, a que Akun no notara que yo estaba tan desesperanzada como él, y que era una en un millón la probabilidad de que lográramos curarlo.

-Te quiero Ren- me dijo y cerró los ojos nuevamente.

Su respiración se alentó aún más y cuando fui consciente de que se hallaba dormido otra vez, destapé su brazo izquierdo, la vendoleta que le cubría estaba de nuevo manchada con sangre, ahí donde yo le había mordido.

Salí de la habitación en silencio, Ro estaba apoyando en el barandal de las escaleras, con las manos unidas como en actitud de plegaria.

Una vez Akun me había dicho que pese a su condición metamorfa Ro era el único de la bandada que mantenía su fe, creía en la existencia de un Dios que le había dado la vida y que había enviado a su hijo a morir en una cruz. Yo no lo discutía, pero me sentía una escoria, una aberración como diría Drácula. Si Dios existía yo solo le pedía clemencia para mi familia y para mí, esperaba que Ro y Carlisle tuvieran razón y fuese un Dios misericordioso, porque a esas alturas de mi vida, solo podía esperar ayuda divina.

-Renesmee, ¿puede hacerte una pregunta?

-La que quieras- le respondí apoyándome junto a él sobre el barandal

-¿Cómo sucedió?- carraspeó – quiero decir, no es que quiera que me cuentes los detalles, pero me interesa saber tengo algunas teorías que constatar.

Suspiré. Teorías o no, Ro necesitaba esa información, y al ser yo la causante de la condición en la que se encontraba su líder, no me quedaba más remedio que contarle toda la historia nuevamente.

-Mis padres me habían dicho que debía alimentarme, había estado muy nerviosa antes de la visita a Drácula y después de esta, así que me olvidé de… beber- dije lentamente para que mi manera de sobrevivir no le provocara arcadas- cuando mis padres se fueron, Akun y yo fuimos a la cabaña, quería enseñarle cada parte de mi vida desde que nací hasta ahora y cuando estuvimos ahí el crepúsculo se colgó del cielo. Akun me tomó en sus brazos y yo me permití por ese momento olvidarme de todo, sentir paz y ser feliz.

-El calor de Akun manaba por toda la casa y eso… despertó el monstruo que existe bajo esta piel- me ruboricé pero Ro ni siquiera me miró.

-Sentí picazón en las encías, los colmillos se asomaron decididos y me pincharon los labios, intenté reprimirlos, pero en ese intento me sacaron sangre. Comencé a respirar con dificultad y ahí fue cuando Akun se dio cuenta de mi estado. Me encaró con él y me sentía avergonzada, su sola presencia inquietaba mi lado vampírico. El me miró con dulzura y me acarició el rostro despacio. Después me ofreció su propia sangre y dijo que debía alimentarme, yo estaba extasiada, necesitaba de él, de su contacto, de su sangre.

-Recordé la primera vez que lo vi sangrar, y como todo volvía a ocurrir de la misma manera…

-Aguarda, ¿lo habías mordido antes?- Ro tenía los ojos como platos.

Negué con la cabeza.

-Cuando me di cuenta que ustedes no habían acudido a nosotros solo por buscar a Jacob, Akun se cortó la palma de la mano y entonces recordé que tío Emmett y tío Jasper me habían dicho que seguramente me sucedería un hambre que “no pudiera controlar” con alguien, pero nunca llegué a morderlo.

Pareció que Ro volvía a respirar y dirigió una vez más la vista al fondo de las escaleras.

-Esta vez las cosas fueron diferentes, en cuanto lo mordí sentí que una parte mía se conectaba con la de él, y un hueco en el pecho se ensanchaba más rápido de lo normal. Retiré los colmillos de su piel y ahí donde le había mordido estaba la prueba inminente de que aquello no andaba bien. En lugar de una luna plateada se había formado un hematoma casi negro.

-Y el resto ya lo sabes, Akun arde en fiebre inmediatamente y ese estúpido acto es el que nos tiene aquí.

Mi voz se apagó sentí de nuevo arder en mí la culpabilidad. ¿En qué carajo había estado pensando al morderlo? Obviamente en mí, mi ser egoísta una vez más haciéndose presente.

Ro no había pronunciado palabra, pasaron más de cinco minutos en silencio y me estaba comenzando a desesperar. Iba a irrumpir la quietud cuando me dijo:

-Eres tú Renesmee, no es Akun- su seriedad me provocó un escalofrío.

-¿?

-Entiéndelo- me miró directamente a los ojos- Le mordiste y Akun está muriendo. ¡Demonios, a eso se refería la maldita sanguijuela mayor! – tronó y le pegó al frío metal del barandal.

-Ro, no estoy…

-Con lo que me acabas de decir todo concuerda ¿no te das cuenta? – mi estupor era incuestionable, por lo que Ro siguió hablando.

-Drácula le dijo a Akun que no podría aspirar una vida contigo, a ti te lo escupió claramente, he estado dándole vueltas en la cabeza desde ese maldito día y aún lo escucho en mi mente:
Y por otro lado, si sigue contigo nunca podrá siquiera aspirar a esa fantasía”

Uní poco a poco las piezas dentro de mi cabeza, palabras y frases sueltas que parecían carecer de significado, ahora se empezaban a enlazar, y el rompecabezas que se comenzaba a formar no me gustaba en lo absoluto

“yo necesitaba conocerte

 tu nombre fue lo que me hizo aceptar la misión Renesmee.

“cuando supe que tu nombre era Renesmee, porque tu abuela se llama Reneé y la madre de Edward es Esme, el equilibrio cobró significado. No tuve que pensarlo, la misión era mía. Sentí fuego, no aire, siento fuego cuando me transformo, siento fuego Renesmee, porque tú eres fuego.

“Mi padre me dijo que los espíritus del aire, como nosotros –las aves- no podemos permanecer siempre en libertad, que hay un castigo para aquellos que son consagrados los líderes, y yo era uno de ellos. Yo también heredaba esa maldición, encontrar la compañía en un ser diferente que tampoco envejecería.”

Las palabras que me había dicho Akun sobre su leyenda fueron cargándose en significado y pesándome en los hombros, supe que Ro y yo estábamos pensando exactamente lo mismo cuando nuestras miradas se encontraron.

“Todo tiene un equilibrio Akun, tu espíritu es el aire, el de ella es el fuego, su mundo está dividido porqué tú también estás dividido, ninguno puede ser completamente uno, sin renunciar a ser su otro. Su nombre es la mitad de un mundo estable y la mitad de uno desconocido, su vínculo es aterrador y también puede ser mortal. Su mordida será como una brasa si llegase a tocarte y te aniquilaría en un segundo, porque tú morirías por ella.”

Ro tenía razón, era yo. Todo este tiempo había sido yo quien aniquilaría al líder de los Kanoë. Esa era la misión que Akun había venido a cumplir, sin saberlo estaba entregando su vida para consagrar la mía, pero ¿consagrarla? ¿Tendría yo que…? ¿Tendría yo que ser un vampiro completo o un humano completo? El solo pensarlo me daba escalofríos.

Claro, Drácula tenía razón, Akun y yo no podíamos aspirar a tener una familia,  juntos. El sabía que mi ave moriría.

Temblé. Un vacio se apoderó de mi pecho y me dejó sin aliento. No podía morir, Akun no podía morir. Sin embargo una realidad me aplastó.

No era cosa de la vida, del destino o de la suerte. Así tenía que ser y no había nada que hacer al respecto. Tarde o temprano Akun iba a morir. 

3 comentarios:

Macarena'Alejandra. dijo...

Hola:) Bueno.. ah pasado mucho tiempo, y me tuve que leer los ultimos 3 capitulos para entenderlo XD Que te puedo decir.. esta genial. Muy bueno la verdad, sorprendida y un poco confusa como es obvio, todavia pero buenisimo. Espero que sigas y no te demores tanto en publicar, uno necesita su dosis de historias(?) xd Un beso. Cuidate y publica pronto.

naho dijo...

OH POR DIOS.! regresaste y regresaste impactando jajaja pero m parecio mal lugar para parar el capitulo ja ya quiero saber que va a pasar por dios intriga total espero que el siguient cap me quite esta intriga tk nos leemos pronto :*

May_Black dijo...

Vii... cuando volves lo haces con todo!!! es un poco fuerte lo de Akun , pero Jake es mi favorito!! jaja, porfaaaa no tardes tanto en publicar, quede asi :o, espero leerte pronto!! Besotes