"PLAN B" - Adelanto

Los cuerpos inmóviles evaluaban una posibilidad, las almas rogaban por una esperanza, la sangre reclamaba venganza.

Ninguno de los presentes emitía sonidos, sólo miradas. El ambiente circundante estaba cargado de tristeza, pero sobre todo de odio. Era como estar llevando un luto apresurado pero presente; que nos mantenía unidos, y a la vez tan separados como dos imanes.

Sentí el peso de un brazo posarse despacio sobre mis hombros, apoyé la cabeza contra su hombro inmediatamente al abrazo y me permití cerrar los ojos.

-Lo encontraremos cariño- me susurró la voz de mi abuelo Charlie – y traeremos a tu familia a salvo- concluyó

No sabía cómo empujarlas las palabras hasta hacerlas salir por mis labios, era consciente de que no había dicho ni “mu” a lo largo de ese día, simplemente no podía.

Tenía ganas de llorar, de gritar y de correr, tristemente no me podía permitir echar mano de esos recursos. Ya los había devaluado demasiado con anterioridad. ¿Entonces qué? ¿Qué seguía?

Me imaginaba tanto a mi abuelo Charlie participando en esta nueva misión suicida, como a un elefante portando el vestido de una hormiga, era más que obvio que Edward Cullen y Bella Swan no dejarían que el sheriff de Forks metiera sus narices en este asunto. Yo tampoco lo quería, había perdido bastante y no dejaría que nada le sucediera a él.

-Tus… - mi abuelo hizo una pausa y tragó saliva- … abuelos, Carlisle y Esme están a salvo, llamaron hace unas horas- me dijo.

Mi querido Charlie aún pensaba que podía permitirme amar más a los vampiros que a mi abuelo humano, y aunque yo no podía elegir entre ellos, estaba segura que si debía proteger a alguien, no sería a los que portaban colmillos. Mis abuelos no estaban en sus garras, quizá estaban sitiados, pero Aro no se había hecho con sus almas, un nudo se aflojó despacio en mi estómago.

-Vamos pequeña, necesitas descansar un poco- tomó de mi mano al decirme aquello. Con esa acción nos convertimos en los primeros presentes que se movían dentro de la casa.

Poco me importaba haber sido arrastrada hasta el sillón en el que mi tío Jasper solía sentarse a hacer zapping por diversión, poco me acariciaba la idea de dormir, aletargar un momento sólo lo hacía más difícil.

Me senté consciente de que mi padre, mi tío Emmett, Akun, Ro, Sam, Embry, Quil y… él, hablaban cerca de la mesa del ala oeste, enfrascados en una pelea monumental para encontrar la “manera correcta de hacer las cosas” como había dicho mi padre. Yo prefería llamarlo “Nuevo plan suicida”

Tampoco me pasaban desapercibidos los gruñidos bestiales que provenían desde ahí, era evidente que no parecían hacer muy buenas migas en ese equipo.

Sabía que mi madre tranquilizaba a mi abuelo en el sofá que estaba delante del mío, y le suplicaba que no se inmiscuyeran ni él ni Sue “por su seguridad”, Seth tenía la vista perdida en el crepúsculo que comenzaba a oscurecer el día y su silueta era inamovible.

¿Yo? Yo estaba ahí como un espectador mudo, mudo y también inútil. De la última cosa que era consciente era del peso de las miradas que me observaban. Todos los seres con sangre caliente o fría que estaban presentes fingían no hacer caso de mi inservible presencia. Bien, eran tan malos mentirosos como yo. Todos me prestaban atención, todos, excepto uno.

No importaba si me encontraba en un estado de shock, no importaba si los demás eran responsables o no, de nada valía ser una princesa. Esto ya no era por mí, y todos lo habían entendido. Jugábamos en un equipo quisiéramos o no.

No me había aletargado por nada, el mundo estaba colapsando a mi alrededor… y hacía tantos años que no lo veía….

Me había quedado muda después de que él terminara de hablar, había sentido a Akun tensarse a mi lado, después fui vagamente consciente de su silueta moviéndose en dirección a nosotros, mi novio le cerró el paso delante de mí, sus estaturas eran las mismas, sus miradas también y los gruñidos que emitieron desde el interior de sus pechos me confirmaba sólo una cosa. Jacob estaba ahí, era real.

Había sido como si todos hablaran a la vez y ninguno prestara atención en mí. Escuché perfectamente cada palabra que salió de sus labios. Yo estaba oficialmente sin voz.

-Está bien, Está bien, no voy a hacer las cosas difíciles- dijo Jacob con su característica manía de repetir palabras- Recuerdo todo, incluso a Libeth diciéndote que ella era “Lo mismo que tu adorada princesita”

>> Así que no pretendo nada- capté la mirada que Jacob me dirigía, estaba claro que entre líneas, lo que quería decir era que no intentaría acercarse a mí en un plano amoroso.

>> Únicamente necesitamos su ayuda. Mi padre está en peligro, claro, nosotros no estamos excluidos.

Fui consciente en aquél momento de que Akun aflojaba la presión que se había acumulado en sus hombros y comenzaba a relajarse, en cambio en mi persona se sentía un peso del tamaño de una losa, como si una piano me hubiese caído en una de esas escenas de caricaturas. Real o no. Akun abrió la boca para declarar:

-Cuenta con nosotros.

Ni siquiera me miró cuando se dio media vuelta y enfiló el camino de regreso a la reserva Quileute, los vi entrar en fase unos metros más allá, después me topé con la mirada afilada de un ave enfadada.

-Vamos con ellos- se limitó a decirme y caminó por delante de mí hasta llegar al auto.

Akun no azotó la portezuela como yo habría esperado, notaba su grado de contención para no perder los estribos. Se tronó el cuello y piso a fondo el acelerador. Nuestras charlas amenas y los mimos habían dejado de existir en un santiamén.

SIENTO NO PODER SUBIR TODO EL CAPITULO, TENGO UNA VISITA EN CASA Y NO HE TERMINADO DE EDITAR LA PARTE FINAL, ESTARÁ LISTO EL LUNES :)